Lavarse las manos con regularidad durante una situación de emergencia ayuda a prevenir la propagación de enfermedades como la diarrea y el cólera, entre otras. Las instalaciones de lavado de manos deben ubicarse junto a todos los retretes. Si lavarse las manos no es una práctica habitual, se deben incentivar los factores que influyen en el comportamiento del lavado de manos. Las instalaciones de lavado de manos requieren de un suministro de agua y jabón constante.
Lavarse las manos con agua y jabón luego de entrar en contacto con la materia fecal (por ejemplo, al utilizar el retrete) puede generar una reducción importante de las enfermedades diarreicas. En distintos estudios, se señala una reducción de entre el 35 % y el 45 % en la tasa de mortalidad a causa de la diarrea y otras enfermedades asociadas al agua. Durante una situación de emergencia, es necesario fomentar encarecidamente la práctica del lavado de manos, y los usuarios deben disponer de medios para lavarse las manos con jabón en todo momento. Fomentar el lavado de manos es especialmente importante si la comunidad afectada se encuentra traumatizada o si no está habituada a lavarse las manos. Se debe fomentar siempre el lavado de manos con jabón en dos circunstancias claves: después de utilizar el retrete o luego de limpiar la cola de un niño que defecó, y antes de preparar alimentos o comer. Las estaciones de lavado de manos deben ubicarse dentro de un radio cercano (máx. de 5 m) de cada retrete, independientemente de que este sea privado, compartido o público, y en todos los espacios en los que se preparan o consumen alimentos, como mercados, cocinas y comedores.
Una estación de lavado de manos debe incluir una fuente constante de agua y jabón. Si no hay agua disponible, se debe utilizar un desinfectante de manos a base de alcohol (o ceniza) como alternativa. Las instalaciones de lavado de manos incluyen grifos de distintos tipos, conectados a una tubería o contenedor, o pueden ser soluciones simples y de bajo costo como los grifos caseros tipo “tippy tap”, que consisten en un bidón suspendido que puede volcarse con una palanca de pie para que caiga el agua. Se necesita un drenaje para el efluente, con el fin de mantener limpia e higienizada el área que rodea a la estación de lavado de manos y evitar que se inunde o se forme lodo. El efluente puede captarse en un balde para aguas grises o puede descargarse en canales de drenaje abiertos o en una alcantarilla cerrada. Cuando las condiciones del suelo lo permitan, las aguas grises
se pueden desechar en el lugar, por ejemplo, en pozos de absorción D.10 . En algunos casos, se pueden analizar las opciones de tratamiento o reutilización. Las instalaciones de lavado de manos deben ser inclusivas X.10 y aptas para su uso por parte de los niños y las personas con movilidad reducida. Asimismo, un aspecto muy importante de las consideraciones de diseño es la durabilidad del grifo. Este debe ser robusto, de manera que nadie pueda robarlo ni romperlo.
Para la distribución del agua destinada al lavado de las manos, se necesita agua corriente o baldes con grifos instalados. La cantidad habitual de agua que se utiliza en los retretes públicos es de 1 a 2 l por usuario al día. La cantidad de agua necesaria en las estaciones aumenta si esta se utiliza para otros fines, como la limpieza general de un retrete (de 2 a 8 l por cubículo al día), las visitas a mezquitas (5 l por visitante al día) o el lavado de la ropa (de 4 a 6 l por persona al día). La cantidad habitual mínima de jabón para la higiene personal, lo que incluye el lavado de manos, es de 250 g por persona al mes. En las instalaciones públicas, se debe garantizar un suministro constante de jabón; además, este puede ser un buen punto para distribuir jabón a la comunidad. Si la disponibilidad de jabón es limitada, se puede hacer un agujero a la barra de jabón para atarla a la estación de lavado de manos, de manera que nadie pueda llevársela (jabón atado con una cuerda).
En cualquier clase de emergencia humanitaria y fase en la que esta se encuentre, el lavado de manos debe fomentarse de manera constante X.12 por medio de diferentes canales de comunicación. El lavado de manos y su promoción es especialmente importante en la etapa más aguda de una emergencia para evitar que empeore la situación de la salud pública. Las personas traumatizadas pueden ser más propensas a descuidar su higiene personal.
Los contenedores de agua deben rellenarse y el jabón debe reponerse de manera constante en las instalaciones públicas; si el lavado de mano se realiza en refugios privados, estos elementos deben distribuirse. Si se utiliza agua corriente, es necesario contar con un plomero disponible para hacer reparaciones o trabajos de mantenimiento menores. Los canales de drenaje C.5 y los pozos de absorción D.10 para la disposición final del efluente deben revisarse con regularidad para detectar obstrucciones. Asimismo, es necesario mantener limpias las instalaciones de lavado de manos. En una fase de respuesta inmediata y durante las campañas activas de promoción de la higiene, un integrante del personal debe ubicarse en cada bloque de retretes, junto a las instalaciones de lavado de manos, y recordar a las personas que deben lavarse las manos, además de darles instrucciones acerca de cómo utilizar los retretes y las estaciones de lavado de manos.
Por lo general, las barras de jabón y los baldes plásticos para las estaciones de lavado de manos son baratos y se consiguen a nivel local. Al inicio de una emergencia,
estos elementos se deben comprar en grandes cantidades. Otros costos se asocian al personal que se dedica a la promoción de la higiene y a la construcción de los drenajes o los pozos de absorción.
La promoción del lavado de manos X.12 es fundamental durante una emergencia. Sin embargo, se deben proporcionar instalaciones de lavado de manos en primer lugar, para que las acciones de promoción sean más eficaces. Para promover el lavado de manos, no es necesario utilizar un mensaje basado en la salud. En cambio, los mensajes de promoción del lavado de manos pueden incluir recomendaciones de índole social, emocional o estética. Se deben evaluar los incentivos o barreras para determinadas conductas con el fin de expresar un mensaje eficaz a la hora de promover el lavado de manos. La participación de referentes y promotores de la higiene a nivel local es fundamental para que la campaña sea exitosa. En algunos casos, será necesario implementar medidas para modificar las conductas. En la promoción del lavado de manos, se deben abordar distintos incentivos de la conducta, como las percepciones del riesgo para la salud, las creencias sobre la relación costo-beneficio, las emociones, la presión social experimentada, las capacidades, y la planificación de las medidas y la reducción de las barreras.
Productos de entrada
Productos de salida
Fase de respuesta
Respuesta inmediata | + + |
Estabilización | + + |
Recuperación | + + |
Condiciones del terreno difíciles
Adecuado |
Nivel de aplicación
Hogar | + + |
Vecindario | + + |
Ciudad | + + |
Tecnologías al agua y en seco
Al agua y en seco |
Nivel de gestión
Hogar | + + |
Compartido | + + |
Público | + + |
Complejidad técnica
Baja |
Espacio necesario
Bajo |
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