La orina almacenada procedente de los sistemas de saneamiento con separador de orina U.2 , S.8 , S.9 ) es una fuente concentrada de nutrientes que se puede aplicar como fertilizante líquido en la agricultura (para reemplazar o sustituir a los fertilizantes químicos) o como aditivo para enriquecer el compost.
La orina contiene la mayor parte de los nutrientes excretados por el organismo. Las sustancias solubles en la orina incluyen nutrientes vegetales esenciales, como los macronutrientes nitrógeno (N), fósforo (P) y potasio (K), así como cantidades menores de micronutrientes, como el boro (B), el hierro (Fe) y el zinc (Zn). Los nutrientes de la orina se encuentran en una forma de fácil disponibilidad para las plantas, similar a los fertilizantes a base de amoniaco y urea, y con resultados comparables en el crecimiento de las plantas. Las directrices de la Organización Mundial de la Salud recomiendan almacenar la orina durante un mes, como mínimo, antes de utilizarla en la agricultura doméstica. En sistemas más grandes, los tiempos de almacenamiento deben ser más largos (hasta seis meses). La orina de personas sanas se considera libre de patógenos. En los individuos adultos, existe prácticamente un equilibrio de masas entre el consumo y la excreción de nutrientes. El contenido de nutrientes en la orina depende de la dieta, el sexo, el clima, la ingesta de agua, la hora del día en que se excreta, etc. Aproximadamente el 88 % de N, el 61 % de P y el 74 % de K excretados por el cuerpo humano se eliminan por la orina.
La orina almacenada no debe aplicarse directamente a las plantas debido a su elevado pH. En cambio, se puede aplicar directamente al suelo antes de plantar, vertiéndola en surcos o agujeros a suficiente distancia de las raíces de las plantas y cubriéndolos inmediatamente, o se puede diluir varias veces y utilizar con frecuencia en las plantas como abono general. Contar con una buena disponibilidad de nutrientes es especialmente importante en las primeras fases del cultivo. Una vez que los cultivos entran en su fase reproductiva, absorben pocos nutrientes. Por lo tanto, la fertilización debe detenerse después de ¾ del tiempo transcurrido entre la siembra y la cosecha. La dosis óptima de aplicación depende
de la demanda de N, la tolerancia de los cultivos y la concentración de N en la orina (diluida). El volumen anual de orina de una persona es suficiente para fertilizar alrededor de 300-400 m² de terreno de cultivo. No existe una recomendación estándar para la dilución, y las recomendaciones existentes varían ampliamente (por lo general, entre proporciones de 1:3 a 1:10). Las ventajas de la dilución consisten en una notable reducción del olor y un menor riesgo de aplicación excesiva. Al mismo tiempo, la dilución aumenta el volumen total y, por tanto, las necesidades de mano de obra y transporte. La orina diluida también se puede utilizar, como cualquier fertilizante, en sistemas de irrigación (por goteo), lo que se conoce comúnmente como “fertirrigación”.
Los materiales necesarios incluyen suficientes recipientes cerrados para almacenar la orina durante un mes o más, equipo agrícola para excavar surcos y agujeros y macetas de irrigación o dispositivos de irrigación (por goteo). Las personas involucradas en el uso de la orina en la producción agrícola deben disponer de equipos de protección personal, como zapatos, guantes y mascarillas.
La aplicación de orina no se considera prioritaria en situaciones de emergencia, pero podría ser una opción durante las fases de estabilización y recuperación, siempre que sea aceptable para la población local y los agricultores tengan interés en utilizar la orina como fertilizante. La fertilización con orina es ideal para las zonas rurales y periurbanas, donde los terrenos agrícolas están cerca del punto de recolección de la orina. Los hogares pueden utilizarla en su propia parcela o, si existen instalaciones e infraestructura, se puede recolectar la orina en un lugar semicentralizado para su distribución y transporte a los terrenos agrícolas. La orina almacenada tiene un olor relativamente fuerte y puede resultar
desagradable trabajar con ella. Si la orina se diluye y se incorpora inmediatamente al suelo, se puede reducir el olor.
Con el tiempo, algunos minerales de la orina se precipitan (por ejemplo, los fosfatos de calcio y magnesio). Los equipos utilizados para recolectar, transportar o aplicar la orina (por ejemplo, las regaderas con agujeros pequeños) se pueden obstruir con el tiempo. La mayoría de los depósitos se pueden disolver con facilidad con agua caliente y un poco de ácido débil, como el vinagre.
La orina presenta un riesgo mínimo de infección, sobre todo, cuando se almacena durante un periodo prolongado; no obstante, se debe manipular con cuidado y respetar un periodo de espera de un mes entre la fertilización y la cosecha. Se debe aplicar la orina cerca del suelo para reducir, así, la posibilidad de contacto directo con las partes comestibles de las plantas. Como medida de seguridad adicional, el uso de la orina se podría restringir a cultivos no alimentarios (flores), cultivos que se procesan o cocinan antes de su consumo (por ejemplo, la berenjena), o cultivos o árboles que permiten una distancia mínima entre el suelo y la parte cosechada del cultivo (por ejemplo, todo tipo de árboles frutales). Como las hormonas y los productos farmacéuticos se excretan, en parte, a través de la orina, existe una pequeña posibilidad de que sean absorbidos por las plantas y entren en la cadena alimentaria humana. Sin embargo, este riesgo es mínimo si se compara con los riesgos asociados a los productos farmacéuticos presentes en el estiércol animal, el uso de pesticidas o el vertido directo de aguas residuales sin tratar en las masas de agua.
Los costos de la aplicación de la orina son bajos. Sin embargo, la aplicación de la orina puede ser intensiva en cuanto a mano de obra, y la disponibilidad de terrenos podría ser un problema. Si se requiere transportar la orina a largas distancias, los costos de transporte podrían ser considerables y no siempre económicamente viables, ya que la orina tiene un valor relativamente bajo por volumen. No obstante, la fertilización con orina podría ofrecer oportunidades de subsistencia, mayores rendimientos y el potencial de sustituir los costosos fertilizantes químicos por un producto de fácil disponibilidad.
La posible aplicación de la orina en la agricultura debe discutirse previamente con las comunidades afectadas. Pueden ser necesarias capacitaciones u orientaciones periódicas para apoyar la aceptación, asegurar la aplicación adecuada y evitar el mal uso accidental.
Productos de entrada
Productos de salida
Fase de respuesta
Estabilización | + |
Recuperación | + + |
Condiciones del terreno difíciles
Adecuado |
Nivel de aplicación
Hogar | + + |
Vecindario | + + |
Ciudad | + + |
Tecnologías al agua y en seco
Seco |
Nivel de gestión
Hogar | + + |
Compartido | + + |
Público | + + |
Complejidad técnica
Baja |
Espacio necesario
Alta |
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