La planificación de la rehabilitación y reconstrucción de la infraestructura de saneamiento es una tarea que suele corresponder a la gestión de organismos gubernamentales específicos. Sin embargo, en situaciones posteriores a desastres o emergencias, en función de la magnitud de los daños resultantes, las agencias de ayuda, la sociedad civil y otras organizaciones, privadas y públicas, pueden colaborar con el gobierno para facilitar la rehabilitación o la reconstrucción de la infraestructura, a partir de la evaluación de los daños y las necesidades. Antes de pensar en los nuevos componentes tecnológicos de saneamiento de emergencia que se deben implementar, se recomienda realizar una evaluación adecuada de la infraestructura de saneamiento (componentes) que ya existe, la que aún puede funcionar y la que se puede rehabilitar con un esfuerzo mínimo (por ejemplo, después de un tifón, toda la infraestructura de superficie puede quedar destruida o ser arrastrada por el viento, pero los pozos subterráneos y las fosas sépticas aún pueden estar en operación; con la rehabilitación de la superestructura podría ser posible ponerla de nuevo en servicio).

La rehabilitación puede ser un proceso complejo que, según la dimensión de los sistemas, puede durar desde un par de semanas hasta varios años. A la hora de ejecutar programas de rehabilitación, es importante que las distintas organizaciones involucradas coordinen sus actividades con el gobierno y entre sí, y se ajusten a las políticas y normas nacionales existentes X.4. También se deben examinar y desarrollar los vínculos con los programas gubernamentales existentes a largo plazo. Una vez satisfechas las necesidades de emergencia de la población afectada, otras evaluaciones indicarán las instalaciones de saneamiento clave que requieren rehabilitación. El principio básico de la rehabilitación de la infraestructura de saneamiento es evitar el deterioro de la infraestructura existente, promover prácticas seguras de saneamiento e higiene y prevenir las emergencias sanitarias. Además, los esfuerzos de rehabilitación brindan la oportunidad de mejorar la calidad del sistema de saneamiento existente, el medioambiente y construir comunidades más seguras y resistentes. Por lo tanto, es importante incorporar de forma adecuada los principios de sostenibilidad desde las primeras fases del esfuerzo de rehabilitación.

De acuerdo con las normas del Manual Esfera, es importante acordar las normas y directrices de construcción con las autoridades nacionales y locales pertinentes para garantizar el cumplimiento de los requisitos clave de seguridad y desempeño. Se deben respetar los códigos de construcción locales o nacionales. En situaciones en las que los códigos de construcción no existen o no se han aplicado, los códigos de construcción internacionales o los códigos de construcción uniformes se pueden adaptar a la situación local. La cultura local, las condiciones climáticas, los recursos disponibles, las capacidades de construcción y mantenimiento, la accesibilidad y la asequibilidad deben formar parte del diseño, la implementación y la operación y el mantenimiento del sistema.

El éxito de un programa de rehabilitación de saneamiento requiere una gestión sostenible y que funcione bien. Para entender la contribución que el mercado local puede hacer al saneamiento sostenible, se puede implementar un mapeo y análisis de mercado X.13. El mapeo y el análisis del mercado pueden identificar estrategias, como intervenciones en efectivo, adquisiciones locales y otras formas innovadoras de apoyo, para permitir que los programas de rehabilitación de saneamiento aprovechen las capacidades existentes en el mercado. Comprometerse con el mercado existente puede contribuir a un uso más eficiente de los recursos humanitarios, fomentar la recuperación y reducir la dependencia de la ayuda exterior. Cuando participen agentes externos en la rehabilitación de infraestructuras, las condiciones de participación deben ser claras, incluidas la duración del apoyo al proyecto y las estrategias de transición y salida X.6. El traspaso de responsabilidades al gobierno local, la comunidad, los proveedores de servicios u otras organizaciones debe incluir instrucciones claras y capacitación sobre la operación y el mantenimiento de la infraestructura.