La disposición final en superficie se refiere al almacenamiento de lodos, heces u otros materiales que no pueden utilizarse en otro lugar. Los vertederos sanitarios están diseñados para proteger el medioambiente de la contaminación. Una vez que el material se traslada para su disposición final en superficie o en un vertedero sanitario, no se utiliza más.
Los vertederos sanitarios están diseñados para residuos sólidos, además de lodos y otros materiales. La eliminación final en superficie es, principalmente, eliminación final de lodos; sin embargo, también puede incluir materiales secos de limpieza. Como los materiales de limpieza no siempre se pueden eliminar con los productos a base de agua, a veces se separan y deben eliminarse por separado. Cuando no hay demanda de uso de lodos, se pueden depositar en monorrellenos (vertederos sanitarios solo para lodos) o amontonarse en pilas permanentes. El almacenamiento temporal antes de la eliminación final en superficie contribuye a una mayor deshidratación del producto y a la muerte de los agentes patógenos antes de la eliminación final.
El vertido de lodos junto con residuos sólidos municipales no es recomendable, ya que reduce la vida útil de los vertederos, que suelen estar diseñados para materiales nocivos. A diferencia de los vertederos de residuos sólidos municipales más centralizados, la eliminación final en superficie puede realizarse cerca de los lugares donde se generan y tratan los lodos, lo que limita la necesidad de largas distancias de transporte. Con la eliminación final en superficie no suele haber límites para la cantidad de lodos que pueden aplicarse a la superficie, ya que las cargas de nutrientes o las tasas agronómicas no son motivo de preocupación. Sin embargo, hay que tener en cuenta la probabilidad y el peligro de contaminación del agua subterránea. Los sistemas de eliminación final en superficie más avanzados pueden incorporar un revestimiento y un sistema de recolección de lixiviados, con tratamiento posterior de los lixiviados, para evitar que los nutrientes y los contaminantes lleguen al agua subterránea. En un vertedero sanitario, el gas que se produce se puede recolectar y utilizar para la combustión o la producción de energía. Los emplazamientos de las instalaciones de almacenamiento temporal deben cubrirse para evitar la rehumidificación por el agua de lluvia y la generación de lixiviados adicionales.
Para los sistemas más avanzados, se necesitan tuberías de lixiviados y materiales de revestimiento, como también —posiblemente— tuberías para recolectar el gas producido. Para algunos usos de los vertederos, se aconseja cubrir los residuos, por lo que se necesita una cubierta impermeable.
Cuando no es posible utilizar los lodos, su almacenamiento confinado y controlado es preferible al vertido descontrolado. En algunos casos, el almacenamiento de los lodos puede ser un buen paso intermedio para secarlos e higienizarlos aún más y generar un producto seguro y aceptable. La eliminación final en superficie y el almacenamiento se pueden aplicar en casi todos los climas y entornos, aunque pueden no ser viables donde haya inundaciones frecuentes o donde el nivel de la capa freática sea alto. La eliminación final en superficie y los vertederos sanitarios pueden ser opciones adecuadas para la eliminación final de lodos durante una fase de respuesta inmediata, si se dispone de terrenos alejados del contacto humano y de masas de agua. Los lugares de eliminación final en superficie inmediata se pueden convertir, posteriormente, en vertederos sanitarios más modernos mediante la adaptación de las tuberías de lixiviados y los materiales de revestimiento para la protección del agua subterránea. Un vertedero sanitario modificado requiere un diseño técnico especializado. Un lugar de eliminación final en superficie simple tendrá un efecto negativo a largo plazo sobre el medioambiente, pero puede ser una intervención adecuada a corto plazo durante una crisis.
El personal debe asegurarse de que solo se desechen en el lugar los materiales adecuados y debe mantener el control sobre el tráfico y las horas de operación. Los trabajadores deben usar el EPP adecuado.
Si un lugar de eliminación final en superficie y almacenamiento está protegido (por ejemplo, con una valla sólida) y situado lejos del público, no debería haber riesgo de contacto o molestias. Una ubicación y un diseño adecuados deben evitar la contaminación del agua subterránea por los lixiviados. Las alimañas y el agua estancada pueden agravar los problemas de olores y vectores, por lo que es preciso prevenir en la eliminación final o en los lugares de almacenamiento.
Dado que las necesidades de suelo son considerables para los vertederos sanitarios y la eliminación final en superficie, los costos asociados pueden ser sustanciales. También hay que tener en cuenta los costos adicionales de operación y mantenimiento de las instalaciones.
Los vertederos sanitarios y los lugares de eliminación final en superficie se pueden construir y gestionar con la ayuda de las comunidades locales. No obstante, deben estar alejados de los núcleos de población para proteger la salud pública. Cuando las economías informales se construyen en torno a vertederos de desechos, los participantes en la economía informal deben ser informados de manera efectiva de los peligros que los desechos infecciosos de los vertederos, incluidos los desechos humanos, pueden representar para su salud.
Productos de entrada
Productos de salida
Fase de respuesta
Respuesta inmediata | + + |
Estabilización | + |
Recuperación | + |
Condiciones del terreno difíciles
Adecuado |
Nivel de aplicación
Hogar | + |
Vecindario | + |
Ciudad | + + |
Tecnologías al agua y en seco
Al agua y en seco |
Nivel de gestión
Hogar | + |
Compartido | + + |
Público | + + |
Complejidad técnica
Mediana |
Espacio necesario
Alta |
EPA (1999): Biosolids Generation, Use, and Disposal in the United States. U.S. Environmental Protection Agency, Washington D.C., US
Cointreau, S. (2004): Sanitary Landfill Design and Siting Criteria., Washington D.C., US
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