A fin de reducir la dependencia del agua dulce y mantener una fuente constante de agua para la irrigación durante todo el año, se pueden utilizar aguas residuales de distinta calidad en la agricultura y la horticultura. Sin embargo, solo se debe utilizar agua que haya tenido un tratamiento secundario (es decir, tratamiento físico y biológico) para limitar el riesgo de contaminación de los cultivos y los riesgos para la salud de los trabajadores.

Existen dos tipos de tecnologías de irrigación apropiadas para las aguas residuales tratadas: (1) la irrigación por goteo por encima o por debajo del suelo, donde el agua gotea lentamente sobre o cerca de la zona de las raíces; y (2) la irrigación con aguas superficiales, donde el agua se conduce sobre el terreno en una serie de canales o surcos excavados. Para minimizar la evaporación y el contacto con agentes patógenos, se debe evitar la irrigación por aspersión o rociado. Las aguas residuales tratadas de forma adecuada pueden reducir en gran medida la dependencia del agua dulce y mejorar el rendimiento de los cultivos mediante el suministro de agua y nutrientes a las plantas. No se deben utilizar aguas negras ni residuales sin tratar, e incluso el agua bien tratada se debe utilizar con precaución. El uso prolongado de aguas poco o mal tratadas puede dañar a largo plazo la estructura del suelo y su capacidad para retener el agua.

Consideraciones de diseño

La dosis de aplicación debe ser adecuada para el suelo, el cultivo y el clima, o podría dificultar el crecimiento. Para aumentar el valor nutritivo, la orina se puede dosificar en el agua de irrigación; es lo que se denomina “fertirrigación” (fertilización e irrigación). La proporción de dilución se debe adaptar a las necesidades específicas y a la resistencia del cultivo. En los sistemas de irrigación por goteo, hay que tener cuidado de que haya suficiente altura (es decir, presión) y mantenimiento para reducir la posibilidad de obstrucción (sobre todo, con orina de la que precipitará de forma espontánea la estruvita).

Materiales

Antes de utilizar el agua de irrigación en un sistema de irrigación por goteo, es muy recomendable instalar una unidad de filtración para reducir el riesgo de obstrucción. Un sistema de irrigación por goteo se puede construir con materiales disponibles a nivel local, como un depósito de almacenamiento y una manguera o cinta de goteo. También se pueden adquirir kits prefabricados.

Aplicabilidad

La irrigación con aguas residuales tratadas se puede considerar una opción en las fases de estabilización y recuperación de las emergencias. Cada vez se aplican más programas de producción de alimentos y a favor del medioambiente. Reutilizar las aguas grises tratadas para la irrigación puede reducir la dependencia de otros suministros de agua dulce.

Operación y mantenimiento

Los sistemas de irrigación por goteo se deben limpiar de forma periódica para evitar la formación de biopelículas y la obstrucción por todo tipo de sólidos. Se debe comprobar si hay fugas en las tuberías, ya que son propensas a sufrir daños causados por roedores y humanos. Las operaciones a gran escala requerirán un operador capacitado. Los trabajadores deben usar el EPP adecuado.

Salud y seguridad

Un tratamiento adecuado (es decir, una reducción adecuada de patógenos) debe preceder a cualquier plan de irrigación para limitar los riesgos a la salud de quienes entren en contacto con el agua. Incluso los efluentes tratados pueden estar contaminados, según el grado de tratamiento al que hayan sido sometidos. Cuando el efluente se utiliza para la irrigación, los hogares y las industrias conectados al sistema deben ser conscientes de los productos que son apropiados y de los que no lo son para verter en el sistema. La irrigación por goteo es el único tipo de irrigación que se debe utilizar con cultivos comestibles, e incluso entonces se debe tener cuidado para evitar que los trabajadores y los cultivos cosechados entren en contacto con el efluente tratado. Consulte las Directrices de la OMS para el uso seguro de aguas residuales, excrementos y aguas grises para obtener información detallada.

Costos

Hay que tener en cuenta los costos de transporte del agua tratada hacia los campos. Los costos totales dependen en gran medida del sistema aplicado. La irrigación con aguas residuales tratadas puede generar ingresos al aumentar el rendimiento agrícola y ahorrar dinero si sustituye la necesidad de otros fertilizantes y agua. Los sistemas de irrigación a escala comercial para la producción industrial son costosos, y requieren bombas y un operador. Los sistemas de irrigación por goteo a pequeña escala se pueden construir con materiales disponibles a nivel local y de baja tecnología, y son económicos.

Consideraciones sociales

El mayor obstáculo para el uso de aguas residuales tratadas en la irrigación es la aceptación social. Puede que no resulte aceptable utilizar agua de irrigación procedente de un sistema de saneamiento basado en agua para cultivos comestibles. Sin embargo, aún puede ser una opción para la producción de biomasa, cultivos forrajeros y proyectos municipales, como la irrigación de parques, árboles de las calles, etc.
Según la fuente de las aguas residuales y el método de tratamiento, se pueden tratar hasta un nivel en el que ya no generen olores significativos ni problemas de vectores. Es importante seguir las normas de seguridad y de aplicación adecuadas.